Reincidencias
Me siento increíblemente vacía cuando se trata de tí. No tengo nada más que darte, ni siquiera sé si tengo algo bueno para ofrecer a alguien más. Arrasaste con todo. Ya no puedo darte nada, aunque lo deseara; ni siquiera la mitad, ni un pedazo, de lo que sentí por tí. Yo, ya no tengo nada más que ofrecerte, todo te lo di, en otro tiempo. Te ofrecí mi sacrificio, te regalé mi vida, mis planes, mi futuro, todo y tú sólo me dabas el "tal vez". Lo que me pasa por la mente es el recuerdo, es el pasado, no el presente. Estoy llena de melancolía hoy. Sólo es el recuerdo. Y de alguna manera, probablemente muy enferma, darme cuenta de eso me hace feliz, por lo menos, me hace sentir en paz: mi vida ha cambiado para bien desde que saliste de ella.