Esta semana


¡Vaya que he tenido una semana revuelta!

Hoy descansé mucho, mucho, tanto que estoy un poco aburrida. El fin perfecto para una semana agotadora, como todas últimamente. En esta semana conocí a alguien que, por su actitud, me hizo pensar en todo lo pesimistas que podemos llegar a ser las personas, al no ver nuestros problemas de manera objetiva y esto, me hizo reflexionar. ¡A veces las personas compiten por saber quién está peor! No importa cómo vivan los demás: si están mejor que nosotros ¡que bueno! y si están pasando por una mala racha lo mejor que podemos hacer es ayudar, si nosotros somos los del problema, no está mal aceptar una mano que se extienda en nuestra dirección. Sin embargo, no es bueno que nos estanquemos en pensar, una y otra vez, lo mal que estamos, eso no cambia nada, en cambio, actuar y tener una actitud positiva hace la diferencia. En fin.
Volviendo a lo de reflexionar, pensé en todo lo afortunada que soy por vivir como vivo, por tener la familia que tengo, por tener amigas geniales, por mi trabajo y por tener un novio tan dulce, comprensivo y paciente. ¡Ah! A veces, damos todo por sentado y no nos imaginamos ¿cómo sería nuestra vida sin todo eso? Bueno, esta semana lo pensé y sentí una felicidad muy grande al darme cuenta de que lo que necesito está aquí. Me siento muy agradecida por lo que tengo. 
¡Y sólo fue un día! Los demás los ocupé en revisar cuadernos, exámenes de todos mis alumnos y también hay que sumarle todo el trabajo que un torneo inter escolar de fútbol puede traer a un maestro. Entre uniformes, recolectar dinero, pagar y recoger los uniformes...  ¡Se me fue la semana! A pesar de lo que puedan pensar, no me estoy quejando, al contrario, estoy segura que ser maestra es de las mejores cosas que me pudieron pasar. 


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