El Conde.

¡Hola! Aquí les va una de mis ñoñerías:
 Mi novela favorita es El Conde de Montecristo, no sé si sea porque lo leí en el momento adecuado o tal vez sólo lo sentí justo para mí. Es una novela por entregas, de esas que hace muchos años se publicaban en las gacetas o periódicos. Yo no tuve que esperar una semana para leer otro capítulo u otra página. Lo leí completo en muy poco tiempo (ya no recuerdo, la primera vez que lo leí tenía 16 años, sí, leyeron bien: la primera vez) y cada ocasión que lo leo,  cosa que no hago tan a menudo como me gustaría, me sorprende. 

La más especial de mis leídas, fue la segunda; había tenido una época muy difícil: una serie de decisiones desafortunadas que me presentaban consecuencias, ya saben, la vida adolescente. En fin, les dejo una colección de los párrafos o frases más significativas para mí de ese libro. Espero les guste tanto que deseen leerlo. 

PD. La lectura no es seguida, muchas líneas pertenecen a un párrafo distinto a la línea anterior. 
Un abrazo, Mónica. 

Edmundo. 

Sí, pero saldrá de la cárcel: y cuando uno sale de la cárcel y se llama Edmundo Dantés, se venga. 

Los males tienen dos remedios: tiempo y silencio. 

Lo reconozco imposible. Es volverse contra Dios, intentar lo que Dios no quiere. 

Un rayo caído a sus pies, que abriera la boca del infierno para tragárselo, habría causado menos impresión que aquellas palabras inesperadas. 

Siento el haberle ayudado en sus averiguaciones ayer y haberle dicho lo que le dije: 
- ¿Por qué? 
-Porque he abrigado en su corazón un sentimiento que antes no albergaba: la venganza. 

(...) que conservaba en su asiento la inmovilidad de un hombre que el rayo acaba de convertir en cadáver... 

"En verdad hubiera podido ser dichoso en casa de aquella buena gente que me adoraba, pero mi natural perverso pudo más que todas las virtudes que procuraban infundir en mi corazón. Fui creciendo en el mal, y he llegado hasta el crimen". 

¡Yo soy el crimen! ¡yo! ¡Y ha adquirido el crimen como se adquiere el tifus, como se adquiere el cólera, como se adquiere la peste, y yo la castigo! 

Es propio de los espíritus débiles el ver todas las cosas a través de un velo. El alma se forma a sí misma sus horizontes. Su alma es sombría y le presenta un cielo borrascoso. 

Es que usted ha descansado en Dios, y Dios, le ha sostenido. Yo he sido malvada, he renegado; Dios me ha abandonado y he aquí el resultado. 

"Arrancarás los dientes al dragón y pisotearas a los leones, ha dicho el Señor" 
Los muertos se encuentran en todas partes. Es uno de los orgullos de nuestra propia humanidad el creerse cada hombre más desgraciado que cualquier otro que gime y llora a su lado. La muerte, como la vida tiene secretos de dolor y de voluptuosidad. Todo estriba en conocerlos. La muerte es según el cuidado que tomamos de ponernos bien o mal con ella; o una amiga que nos mece dulcemente como una nodriza, o una enemiga que nos arranca con violencia el alma del cuerpo. Un día, cuando el mundo haya vivido un millar de años más, y se haya hecho dueño de todas las fuerzas destructoras de la naturaleza para aprovecharlas en el bienestar general de la humanidad, cuando el hombre conozca, como decía no hace mucho, los secretos de la muerte, será ésta tan dulce y voluptuosa como el sueño en los brazos de la mujer querida. 

He llegado de un planeta al que llaman el dolor... 

Solo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuán buena y hermosa es la vida.


Edmundo es una entrada que publiqué en mi página de Facebook el 30 de Marzo del 2010. 

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